Diatermia en tratamientos faciales
La diatermia es una terapia cada vez más utilizada en tratamientos de tipo facial, porque estimula el colágeno y la elastina y genera una mayor presencia de ácido hialurónico en la zona tratada. En este post te contamos cómo se aplican estos tratamientos faciales, utilizando para ello electrodos monopolares y bipolares.
En los tratamientos faciales, el objetivo es aplicar la diatermia en hipertermia: es decir, lo que se busca es que el paciente experimente una sensación térmica alta.
Esta búsqueda de la hipertermia permitirá estimular el colágeno y la elastina, captar en la zona más moléculas de agua gracias a una mayor acumulación de ácido hialurónico, y el drenaje de toda la zona gracias a la acción electrolítica. Además, con el aumento de la temperatura se conseguirá una mayor vascularización de la zona, lo que trae consigo un mayor aporte sanguíneo que se traduce en más nutrientes y más oxígeno para la zona.
Diatermia con electrodo monopolar capacitivo
Para la aplicación de estos tratamientos faciales utilizamos el equipo TCare Plus de Easytech, que dispone de 4 frecuencias. Vamos a trabajar en la frecuencia de 1000 Hz, para quedarnos en una aplicación muy superficial, primero con el electrodo monopolar y en una segunda fase con el electrodo bipolar para conseguir un efecto tensor.
Comenzamos el tratamiento con el electrodo monopolar capacitivo, utilizando una placa de retorno colocada a nivel interescapular. La frecuencia recomendada es de 1000 Hz. Para conseguir una buena conducción de la energía, aplicamos en la cara crema de diatermia (no demasiada).
Como se señalaba al comienzo, queremos que el paciente experimente una sensación térmica alta, que le haga sentir un calor agradable pero a la vez fuerte. Durante todo el tratamiento buscamos el feedback del paciente, para que nos describa la sensación térmica que tiene y podamos incluso bajar la potencia en caso de que la sensación térmica sea excesiva.
Por las características de estos equipos, en muy pocos segundos conseguimos la sensación de hipertermia que buscamos. A partir de ahí, trabajamos a nivel facial por cuadrantes: primero toda la zona de cuello. Las arrugas se trabajan igual que si fueran cicatrices, haciendo tanto pasos longitudinales como pasos de cizallamiento.
Como fisioterapeutas conocemos la anatomía de la cara, por lo que vamos a aplicar técnicas manuales neuromusculares al mismo tiempo que la diatermia, para mejorar la elasticidad del tejido. Habrá músculos faciales que nos interesará relajar, como pueden ser los maseteros, los orbiculares del ojo o de la boca; también que puede ser interesante estimular cierta musculatura, como el músculo cigomático menor y el mayor, porque van a hacer un pómulo más engrosado que da un aspecto más joven a nivel facial.
Hay que tener en cuenta que la zona orbicular del ojo siempre tiene mayor sensibilidad que el resto de tejidos. Si el paciente tiene demasiada sensación térmica en esa zona, bajamos un poco la potencia de nuestro equipo.
Es importante que durante todo el tratamiento tengamos contacto con el paciente, para que nos vaya contando cómo se encuentra a nivel de sensación térmica.
Diatermia con electrodo bipolar resistivo
Una vez que hemos hecho toda la aplicación a nivel facial con el electrodo capacitivo monopolar, pasaremos a trabajar con el electrodo bipolar resistivo. Quitamos la placa de retorno, porque ese electrodo bipolar resistivo tiene una característica diferencial: en el propio electrodo se encuentran tanto la placa de retorno como el electrodo de trabajo. Esto hace que vayamos a tener una zona muy superficial donde se va a notar el aumento de temperatura y se concentra todo el efecto del paso de corriente.
La aplicación con el electrodo bipolar resistivo genera en la piel un efecto tensor, un trabajo muy específico sobre colágeno y elastina a nivel dérmico.
Como el paciente ya tiene crema a nivel facial, en esta segunda fase del tratamiento solo aplicamos un poco de crema en el electrodo. Cambiamos la configuración del equipo en pantalla, eligiendo el electrodo bipolar, y aumentamos la temperatura. Cuando usamos el electrodo bipolar resistivo, hay que subir la potencia del equipo entre un 15 y un 20% en relación con la potencia con la que se estaba trabajando con el electrodo monopolar.
Con el electrodo bipolar es muy importante trabajar como si fuera la punta de nuestros dedos. Es decir, haciendo maniobras longitudinales para la compactación del óvalo facial, y también podemos trabajar las arrugas de la zona naso-geniana e incluso de la zona orbicular con pases longitudinales y pases paralelos.
El paciente tiene que estar relajado sin hacer ningún tipo de esfuerzo y el profesional estar pendiente por si muestra o expresa alguna sensación de incomodidad.
Una vez terminada la aplicación de la diatermia, que dura entre 30 y 40 minutos, finalizamos la sesión con un ligero masaje facial para que el paciente se pueda ir con una mayor sensación de relajación. Asimismo, quitamos la crema de diatermia, que no tiene ningún componente interesante para nuestra piel y solo se utiliza para conducir la energía, y aplicamos una crema cosmética específica para su piel.
Resultados del tratamiento de diatermia
Los resultados que vamos a encontrar con la diatermia van a ser variados.
Un primer resultado, muy claro y evidente de forma inmediata, es la reducción de las arrugas en la zona trabajada y una mayor densidad del tejido. Esos afectos se van manteniendo según vamos realizando aplicaciones semana tras semana y, una vez que lo conseguimos, solo se trata de hacer mantenimiento para mejorar esa elasticidad de la piel. Es interesante hacer una foto del antes y el después del tratamiento para poder visualizar esa evolución.
Además de sus beneficios en tratamientos faciales, la diatermia sirve también para tratar un montón de otras patologías del sistema tegumentario. Por ejemplo, se aplica para el tratamiento de cicatrices; en la recuperación de quemados; en tratamientos reafirmantes y anticelulíticos; y en todos los post-quirúrgicos de cirugía plástica.